viernes, 9 de enero de 2015
Escucha activa.
jueves, 8 de enero de 2015
Requisitos para que una comunicación oral sea eficaz.
Escuchar: la mayoría de las personas hablan demasiado. Nuestro objetivo ha de ser que los demás hablen cuando nos convenga y entonces escucharles.
Preguntar: con la finalidad de comprobar que nos han entendido bien y hacer hablar a los demás usando preguntas abiertas.
No tratar de dominar con nuestra conversación: esto puede llegar a crear barreras insalvables para una buena comunicación. Demasiada jerga o demasiadas opiniones personales provocan reacciones emocionales que, generalmente, son desfavorables.
Buscar señales: debemos estar alerta para captar las respuestas y reacciones de los demás. Lo que dicen, la forma en que lo dicen, el lenguaje corporal, pueden dar indicios vitales de su comprensión e interés por nuestros mensaje.
Promover la comunicación bidireccional: escuchar, preguntar, hablar con los demás y buscar señales ayudan a establecer una buena comunicación bidireccional.
Tiempo de habla: no se debe monopolizar la conversación, así como tampoco no intervenir en ella.
Retroalimentación: cuando hablemos o cuando nos hablen, debemos tener en cuenta que se necesita saber si estamos entendiendo lo que nos dicen o si están comprendiendo lo que nosotros decimos.
Utilización de preguntas: nos permitirán ir guiando la conversación y a la vez conocer lo que la otra persona piensa y siente sobre lo que decimos.
Sencillez del discurso: se debe tener en cuenta quien es nuestro receptor y hacer que le sea fácil entender el mensaje que deseamos transmitir.
Empleo mínimo de palabras: es necesario emplear en número exacto de palabras, para lograr transmitir nuestro mensaje con claridad sin aburrir al receptor.
Hablar de forma concisa y lógica.
Preguntar: con la finalidad de comprobar que nos han entendido bien y hacer hablar a los demás usando preguntas abiertas.
No tratar de dominar con nuestra conversación: esto puede llegar a crear barreras insalvables para una buena comunicación. Demasiada jerga o demasiadas opiniones personales provocan reacciones emocionales que, generalmente, son desfavorables.
Buscar señales: debemos estar alerta para captar las respuestas y reacciones de los demás. Lo que dicen, la forma en que lo dicen, el lenguaje corporal, pueden dar indicios vitales de su comprensión e interés por nuestros mensaje.
Promover la comunicación bidireccional: escuchar, preguntar, hablar con los demás y buscar señales ayudan a establecer una buena comunicación bidireccional.
Tiempo de habla: no se debe monopolizar la conversación, así como tampoco no intervenir en ella.
Retroalimentación: cuando hablemos o cuando nos hablen, debemos tener en cuenta que se necesita saber si estamos entendiendo lo que nos dicen o si están comprendiendo lo que nosotros decimos.
Utilización de preguntas: nos permitirán ir guiando la conversación y a la vez conocer lo que la otra persona piensa y siente sobre lo que decimos.
Sencillez del discurso: se debe tener en cuenta quien es nuestro receptor y hacer que le sea fácil entender el mensaje que deseamos transmitir.
Empleo mínimo de palabras: es necesario emplear en número exacto de palabras, para lograr transmitir nuestro mensaje con claridad sin aburrir al receptor.
Hablar de forma concisa y lógica.
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